El National Speed Skating Oval de Beijing, escenario de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, se transformó durante tres días en un peculiar estadio del futuro: allí se celebraron los primeros Juegos Mundiales de Robots Humanoides, con la participación de más de 500 autómatas agrupados en 280 equipos de 16 países.
Las competencias incluyeron fútbol, boxeo, atletismo, danza y artes marciales, además de pruebas aplicadas como clasificación de objetos y selección de números. Lejos de ser un despliegue de perfección tecnológica, el certamen se caracterizó por caídas, accidentes y situaciones cómicas que arrancaron risas del público, al tiempo que dejaron en claro el largo camino que aún enfrenta la robótica humanoide.
Desde la ceremonia inaugural se hicieron evidentes los retos: un robot perdió el equilibrio y se desplomó en pleno escenario, necesitando ayuda humana para retirarlo. Escenas similares se repitieron durante los desfiles de moda, donde modelos mecánicos tropezaban en la pasarela, o en los partidos de futsal, donde los jugadores robóticos terminaban enredados en montoneras incapaces de levantarse sin asistencia. El público, lejos de incomodarse, celebraba cada intento fallido y cada gol, generalmente acompañado por la caída aparatosa de algún portero.
Sin embargo, también hubo espacio para los récords históricos. En la carrera de 1.500 metros, el robot H1, fabricado por la empresa china Unitree y controlado a distancia por operadores humanos, completó la prueba en 6 minutos y 34 segundos, a una velocidad promedio de 4,78 metros por segundo (más de 13 km/h). La marca superó registros anteriores de robots como el Atlas de Boston Dynamics y fue recibida como un hito en la competitividad tecnológica.
🇨🇳The "Olympic Games for Robots" have opened in Beijing, where humanoids will compete in dozens of sports (and other) disciplines.
🗣️The program includes athletics, football, boxing, as well as fashion shows, cleaning, imitation of work in warehouses and factories. 🗣️The… pic.twitter.com/RUlPRv3MpQ— mặt🌓trăng (@Ay911Moon) August 15, 2025
El logro, no obstante, vino con un incidente inesperado: durante el cambio de operador en pleno relevo, el H1 atropelló accidentalmente a un trabajador que se encontraba cerca de la pista. Aunque el golpe no tuvo consecuencias graves, el episodio se convirtió en símbolo de los riesgos inherentes a la interacción humano-robot en entornos dinámicos.
Más allá de los tropiezos, la cita cumplió su objetivo: mostrar en acción los progresos de la robótica humanoide y probar su desempeño en escenarios que exigen rapidez, coordinación y toma de decisiones. China, organizadora del evento, busca con este tipo de iniciativas consolidar su liderazgo global en la industria, respaldada por inversiones estatales cercanas a los 140.000 millones de dólares y la meta de producir más de 10.000 robots humanoides para 2025.
El trasfondo es claro: estas máquinas no solo se preparan para el espectáculo deportivo, sino para desempeñar en un futuro cercano tareas en fábricas, hospitales, logística y cuidado de personas en sociedades donde la mano de obra humana escasea.
Las primeras olimpiadas de robots humanoides dejaron en evidencia que la perfección aún está lejos, pero también confirmaron que el mundo de la robótica avanza a una velocidad inédita, con promesas que podrían transformar la vida cotidiana en cuestión de años.