La Ciudad de México vibró durante 17 días al ritmo de sus raíces más profundas. La XI Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios concluyó este domingo 24 de agosto tras reunir a más de 1.4 millones de visitantes en el Zócalo capitalino, convirtiendo el corazón de la ciudad en un epicentro de tradición, arte y resistencia cultural.
Con el lema “Nuestra lengua madre, nuestra madre tierra”, esta edición destacó la importancia de reconocer a los pueblos originarios como una fuerza viva para la transformación social. No solo fue un escaparate de tradiciones, sino un espacio de diálogo, encuentro y aprendizaje para toda la ciudadanía.
El cierre estuvo marcado por una espectacular calenda que partió del Hemiciclo a Juárez, acompañada de 15 bandas oaxaqueñas y contingentes de comunidades originarias. El evento culminó en la plancha del Zócalo con la presentación de la Banda Monumental Oaxaqueña, integrada por más de 300 músicos, y el concierto del grupo Yolotecuani, llenando de música, fiesta y tradición el corazón de la capital.
Durante la fiesta, más de 80 presentaciones artísticas deleitaron al público en el escenario principal, mientras talleres de cerámica, pasarelas de vestimenta tradicional, conversatorios sobre prácticas autosustentables y ponencias sobre cosmovisión de los pueblos ofrecieron espacios de aprendizaje y reflexión. También se presentó la plaqueta “Desde el Mictlalpan”, se realizaron proyecciones y actividades literarias en el Círculo de Saberes, reforzando el compromiso con la difusión del conocimiento ancestral.
El Zócalo se transformó en un gran mercado vivo donde más de mil artesanas y artesanos compartieron su trabajo en textiles, gastronomía, herbolaria, medicina tradicional y artesanías, conectando al público con la riqueza cultural y los saberes ancestrales de los pueblos de la Ciudad de México.
La XI Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios dejó claro que el Zócalo no es solo un espacio de tránsito, sino un escenario de encuentro, celebración y transformación cultural, reafirmando el compromiso de la capital con la diversidad, la resistencia y la preservación de sus raíces.