Ciudad de México, 1 de septiembre de 2025 — Después de siete años de búsqueda de justicia, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM) ofrecieron una disculpa pública histórica por los graves casos de violencia sexual cometidos en 2018 en el Jardín de Niños Marcelino de Champagnat, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero.
El caso, uno de los más graves de violencia infantil en México en los últimos años, involucra al menos 18 denuncias judicializadas contra agresores que operaban dentro de la escuela. Hasta la fecha, solo se han emitido dos sentencias: una contra el principal responsable, condenado a 494 años de prisión, y otra en contra de la SEP por no garantizar la protección de los menores.
La disculpa, realizada como parte de las medidas de reparación integral ordenadas por un juez, incluyó compromisos de la SEP y la AEFCM para implementar protocolos de prevención de violencia sexual, becas educativas, apoyos laborales para víctimas indirectas y acciones de capacitación y seguimiento.
Sin embargo, la mayoría de los agresores continúan libres y trabajando con menores, lo que evidencia que la disculpa, aunque histórica, representa apenas un primer paso simbólico hacia la justicia.
Un caso que revela fallas estructurales
Los hechos de violencia ocurrieron entre agosto y octubre de 2018 y expusieron graves fallas en los sistemas de protección infantil dentro de las escuelas. Las familias afectadas enfrentaron un largo proceso de lucha por justicia, marcado por la revictimización y la búsqueda de que se reconociera el daño sufrido por sus hijos.
Expertos y defensores de derechos de la infancia señalan que este caso refleja un patrón preocupante en México: violencia sexual en instituciones educativas, encubrimiento de agresores y, en algunos casos, uso de sedantes para facilitar los abusos.
Compromisos y próximos pasos
La SEP y la AEFCM anunciaron medidas concretas para prevenir futuros casos, incluyendo capacitación a personal educativo, protocolos de detección y atención, así como un registro público de agresores para evitar que continúen operando impunemente.
Aunque la disculpa llega con años de retraso, representa un reconocimiento oficial del dolor infligido y la necesidad de acciones reales para proteger a los menores y garantizar que hechos como los ocurridos en el Jardín de Niños Marcelino de Champagnat no se repitan.