Sinaloa, la puerta al “Acuario del Mundo”: Entre arrecifes, islas y el Gran Acuario Mazatlán, el estado abre sus aguas al turismo de buceo y snorkel

El estado de Sinaloa se ha consolidado como una puerta de entrada privilegiada al Mar de Cortés, célebre por su riqueza biológica y bautizado por Jacques Cousteau como “el Acuario del Mundo”. No se requiere experiencia previa en exploración submarina para sumergirse en este entorno: basta con colocarse el equipo adecuado para descubrir un universo vibrante donde tiburones, tortugas y peces tropicales conviven en armonía.

Uno de los escenarios más impactantes para el buceo es la Isla Farallón, considerada la segunda saliente rocosa más grande del planeta. Ubicada a 37 kilómetros de la costa sinaloense, ofrece 13 áreas de inmersión adaptadas tanto a principiantes como a buzos experimentados. Allí es común cruzarse con lobos marinos juguetones o presenciar cardúmenes que pintan el mar con un espectáculo de movimiento y color.

Sin embargo, la aventura marina en Sinaloa no se limita a las profundidades. Las aguas tranquilas de la Isla Venados, la Isla de la Piedra o la Isla de los Chivos, cercanas a Mazatlán, resultan perfectas para el snorkel. Con un simple tubo se pueden apreciar corales, formaciones rocosas y, con un poco de fortuna, nadar junto a delfines en su hábitat natural. Además, otros destinos como Maviri, Navachiste, Teacapán o Altata brindan escenarios ideales para quienes prefieren contemplar la vida marina flotando en la superficie.

A esta riqueza natural se suma una propuesta diferente: el Gran Acuario Mazatlán. Considerado uno de los más modernos de América Latina, cuenta con un tanque de 2.6 millones de litros que recrea las condiciones del Mar de Cortés. En él, visitantes de todas las edades pueden observar tiburones, rayas y peces multicolores en un ambiente controlado. La experiencia de snorkel está abierta a todo público, mientras que el buceo se reserva para quienes cuentan con certificación vigente.

En conjunto, Sinaloa ofrece un abanico de experiencias que permiten reconectar con la naturaleza y adentrarse en uno de los ecosistemas más biodiversos de México. Ya sea descendiendo a las profundidades o explorando la superficie, cada inmersión revela una perspectiva única del mar y deja una huella imborrable en quienes deciden aventurarse en este tesoro natural.

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