Por Juan Pablo Ojeda
Hace casi diez días, Google dio un paso más en la masificación de la inteligencia artificial con el lanzamiento de Gemini 2.5 Flash Image, conocido públicamente como Nano Banana. Esta herramienta combina generación de imágenes a partir de texto con edición avanzada, ofreciendo posibilidades que antes solo dominaban expertos en diseño gráfico o fotografía digital.
Nano Banana permite a los usuarios crear imágenes desde cero, editar fotografías propias o fusionar varias en un solo resultado, manteniendo coherencia visual entre personajes, fondos y objetos. Desde su lanzamiento, la plataforma ha generado o modificado más de 200 millones de imágenes y sumó 10 millones de nuevos usuarios en menos de dos semanas, un reflejo del enorme interés que despertó en el público general.
Entre las funciones destacadas de Nano Banana están cambiar fondos con ajuste automático de luz y perspectiva, restaurar fotos antiguas, generar retratos corporativos, modificar ropa o estilos completos, alterar la hora del día en una imagen, crear vistas isométricas de edificios, diseñar historietas, añadir mascotas, simular expresiones faciales o variar la edad, aplicar estilos artísticos como Studio Ghibli o Los Simpson, e incluso generar muñecos articulados personalizados. Además, la herramienta permite modificar ángulos de cámara o ampliar el lienzo para mostrar más contexto.
Google también lanzó plantillas predefinidas para simplificar el uso, como Time Traveler (simula distintas décadas), Style Lookbook (diferentes estilos de vestimenta), 80s Mall Shoot (escenas ochenteras), Miniature Me (rostros aplicados a figuras en miniatura), Hair Styler (prueba de peinados), Impossible Pics (situaciones imposibles) y Pro Headshots (retratos profesionales). Con solo elegir un estilo, cargar una foto y presionar “Generate”, cualquier usuario puede obtener resultados en segundos, incluso sin experiencia previa en edición digital.
Con Nano Banana, Google consolida a Gemini como el núcleo de su ecosistema de IA creativa, buscando atraer tanto a usuarios cotidianos como a profesionales que necesitan resultados rápidos y de calidad. La adopción inicial demuestra que los editores de imágenes impulsados por inteligencia artificial han dejado de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en herramientas cotidianas que transforman la forma en que interactuamos con nuestras fotografías.