El secretario de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana (Metrópolis), Alejandro Encinas Rodríguez, presentó el ambicioso Plan Maestro “Por una Ciudad Habitable y Asequible con Identidad y Arraigo Local”, una estrategia integral para revertir el desplazamiento forzado de residentes y preservar la identidad y memoria de los barrios de la Ciudad de México.
Ante la Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, así como autoridades, legisladores, empresarios y representantes sociales, Encinas detalló que el Plan Maestro es una herramienta de planeación urbana a largo plazo que busca frenar el fenómeno de la gentrificación, especialmente en las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, zonas con alta presión inmobiliaria.
La gentrificación, explicó, es un proceso multicausal que limita la accesibilidad a la vivienda por el aumento de precios y la especulación inmobiliaria, además de generar la segregación social y transformar las dinámicas culturales de las comunidades originarias.
Entre los principales retos detectados están los constantes cambios de uso de suelo de vivienda a usos no habitacionales y las restricciones a la redensificación, factores que desplazan a la población original hacia las periferias, provocando desigualdades territoriales y acceso desigual a servicios e infraestructura.
El Plan Maestro busca cumplir con los principios constitucionales de la Ciudad de México, reconociendo el derecho a la vivienda digna y a la ciudad, e incorpora enfoques de preservación patrimonial para valorar el arraigo y memoria colectiva de los barrios.
Para contener la gentrificación, se delimitará un polígono de zonas tensionadas que incluye 11 colonias emblemáticas, como la Condesa, Roma Norte y Juárez, en Cuauhtémoc; y Escandón y San Miguel Chapultepec en Miguel Hidalgo.
El Plan plantea nueve acciones concretas, entre las que destacan:
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Gestión democrática y participación comunitaria para fortalecer la inclusión y arraigo.
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Intervenciones en zonas de tensión inmobiliaria para combatir la especulación y fomentar vivienda asequible.
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Regulación rigurosa de la renta en viviendas temporales para limitar la sobreoferta.
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Priorizar vivienda pública y social con facilidades administrativas.
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Programa de vivienda pública en arrendamiento para sectores vulnerables como jóvenes y adultos mayores.
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Mejoramiento y ampliación progresiva de viviendas en barrios populares.
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Protección y preservación del patrimonio cultural y arraigo comunitario.
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Estímulos para comercios locales con apoyos financieros para pequeñas empresas.
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Creación de un Observatorio de Suelo y Vivienda para monitorear contratos y dinámicas inmobiliarias.
Este plan será elaborado de forma participativa, en colaboración con comunidades, especialistas y autoridades, y seguirá un proceso riguroso de consulta y aprobación.
Con esta iniciativa, la Ciudad de México apuesta por ser un territorio plural, diverso y acogedor, donde las comunidades originales puedan permanecer y desarrollarse con dignidad, y donde la vivienda deje de ser un privilegio para pocos para convertirse en un derecho para todos.