Ciudad de México, 18 de julio de 2025 — A cinco días de la desaparición de Ana Amelí García Gámez, de 19 años, en la zona montañosa del Ajusco, no hay rastro alguno de la joven, quien fue vista por última vez el pasado 12 de julio en el área del Pico del Águila, alcaldía Tlalpan. Desde entonces, la incertidumbre y la desesperación se han instalado entre sus familiares, autoridades y cientos de voluntarios que participan en una búsqueda contrarreloj.
Ana Amelí, apasionada del senderismo y recién iniciada en la escalada en roca, se encontraba realizando una ruta de entrenamiento en solitario cuando desapareció. La última comunicación registrada fue un mensaje de texto enviado entre las 2:30 y 4:50 de la tarde de ese día. Aunque inicialmente iba acompañada de otros excursionistas, versiones no oficiales apuntan a que se separó del grupo durante el descenso.
Desde entonces, la zona ha sido escenario de un operativo de búsqueda sin precedentes. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en coordinación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Comisión de Búsqueda de Personas, Protección Civil y cuerpos especializados como binomios caninos y brigadas de montaña, han desplegado esfuerzos en un terreno boscoso, escarpado y complicado por las lluvias recientes. Se han utilizado drones, helicópteros y tecnología de rastreo para recorrer zonas como la Cruz del Márquez, Valle de la Cantinflora, Abrevadero y Parres.
La familia de Ana Amelí se mantiene en el lugar, sin rendirse. Su madre ha manifestado públicamente el temor de que la joven ya no se encuentre en la montaña y pudiera haber sido víctima de un delito como privación ilegal de la libertad, por lo que también acudieron a Palacio Nacional para solicitar apoyo del gobierno federal.
“Cada hora que pasa es crucial. No podemos dejar de buscarla. No podemos resignarnos”, expresó uno de los familiares durante una rueda de prensa improvisada entre brigadistas.
Las autoridades y seres queridos de la joven hacen un llamado urgente a la ciudadanía: cualquier información que pueda contribuir a su localización es valiosa. La situación es crítica, pero la esperanza se mantiene firme.
En medio del dolor y la incertidumbre, la montaña se ha convertido en un símbolo de resistencia, esperanza y solidaridad. México entero sigue con atención esta historia, esperando un desenlace que traiga de vuelta a Ana Amelí sana y salva.