Ciudad de México, 25 de julio de 2025 — En los antiguos libros mayas del Chilam Balam, considerados pilares de la memoria y espiritualidad de los pueblos originarios de Yucatán, una nueva lectura revela algo inesperado: los eclipses, fenómenos celestes de gran relevancia en la cosmovisión prehispánica, aparecen ilustrados con un sorprendente giro europeo.
Así lo asegura la doctora Florencia Scandar, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien encabeza un proyecto que examina las representaciones iconotextuales de estos fenómenos astronómicos. Según explica, estos manuscritos, aunque escritos en lengua maya y con fines comunitarios, integran conceptos visuales y narrativos provenientes del pensamiento europeo de la época colonial.
“En estos textos vemos cómo los mayas reelaboraron elementos de la cultura europea, particularmente en la forma de representar los eclipses. Por ejemplo, aparece la Luna como una figura femenina asociada a la Virgen de Izamal, lo cual refleja una profunda síntesis entre creencias indígenas y el catolicismo”, señala Scandar.
Los libros del Chilam Balam —especialmente los de Chumayel, Ixil y Kaua— incluyen capítulos dedicados a los eclipses de Sol y Luna, y muestran un tránsito del mito ancestral al conocimiento astronómico occidental. En lugar de representar a los astros siendo devorados por seres místicos, como dictaba la tradición prehispánica, algunas páginas explican el fenómeno con base en la alineación de la Tierra, el Sol y la Luna, tal como lo hacía la ciencia europea de la época.
Una ilustración en particular, hallada en la página 16r del Chilam Balam de Chumayel, destaca por su similitud con el tratado Spherae Mundi, de Ginés de Rocamora y Torrano. Aunque no se puede afirmar que fue una copia directa, los paralelismos textuales y visuales son evidentes.
“Es fascinante cómo los mayas coloniales supieron manejar ambas versiones: conservaron sus creencias, pero también incorporaron explicaciones científicas que les parecían útiles o comprensibles. No hay una sustitución, sino una convivencia de saberes”, afirma Scandar.
El caso de la Virgen de Izamal es un ejemplo poderoso: personificada como la Luna y nombrada Ix-ahaw (“señora” en lengua maya), esta figura religiosa aparece con rasgos tomados del glifo ahaw, como la característica doble línea en la nariz. La iconografía cristiana se entreteje aquí con la simbología maya para crear un nuevo lenguaje visual y espiritual.
Además, el Chilam Balam de Kaua ofrece otra evidencia del mestizaje cultural: en sus páginas, la explicación del eclipse se presenta sin referencias míticas, siguiendo casi al pie de la letra la Cronología y Repertorio de la Razón de los Tiempos, de Rodrigo Zamorano.
Para la especialista, estos hallazgos subrayan la necesidad de estudiar los textos mayas no como reliquias aisladas del pasado, sino como testimonios vivos de una negociación cultural constante. “No podemos separar lo indígena de lo cristiano si queremos comprender la complejidad del pensamiento maya colonial”, concluye.
Esta investigación es parte del proyecto Iconotextualidad en el universo cultural de los libros del Chilam Balam, una propuesta intermedial que busca reinterpretar estos documentos no solo como textos históricos, sino como espacios de diálogo entre dos mundos.