Por Juan Pablo Ojeda
La defensa legal de Naasón Joaquín García, líder de La Luz del Mundo (LLDM), respondió este jueves a las recientes acusaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos, calificándolas de infundadas, motivadas por intereses ocultos y diseñadas para condicionar la opinión pública antes de un juicio justo.
Alan Jackson, abogado representante de la organización religiosa, aseguró en un comunicado que los cargos presentados no se basan en hechos comprobables, sino en testimonios de un pequeño grupo de excongregantes descontentos, a quienes considera motivados por venganza o intereses económicos. Según Jackson, la presunción de inocencia ha sido vulnerada debido al lenguaje “inflamatorio y prejuicioso” del gobierno estadounidense.
“El anuncio del DOJ no es más que el último capítulo de una campaña imprudente de extralimitación gubernamental. Las acusaciones son amplias, sensacionalistas y no probadas, disfrazadas con un lenguaje incendiario para envenenar la opinión pública antes de que un jurado escuche las pruebas”, afirmó Jackson.
La defensa destacó además la labor social y cultural de La Luz del Mundo a lo largo de décadas, asegurando que la Iglesia ha promovido programas de ayuda comunitaria, valores y apoyo a personas en distintos países. Jackson señaló que la campaña mediática actual busca distorsionar la percepción pública sobre estas acciones.
“Durante décadas, La Luz del Mundo ha sido una comunidad de fe global, dedicada al servicio, la caridad y la devoción. Por su crecimiento y su negativa a ceder ante presiones políticas o culturales, se ha convertido en blanco de ataques injustificados”, añadió el abogado.
La defensa concluyó señalando que las acusaciones serán refutadas en el proceso judicial, confiando en que los tribunales demostrarán la falta de fundamento de los señalamientos.
Por su parte, el Departamento de Justicia de Estados Unidos mantiene imputaciones graves contra Naasón Joaquín y otros cinco líderes de la organización, incluyendo cargos de crimen organizado, tráfico sexual y explotación infantil. Según la acusación, el grupo habría utilizado la estructura de la Iglesia para cometer delitos sexuales y financieros de manera sistemática, con penas que podrían llegar a la cadena perpetua.
El caso ha generado conmoción internacional por el alcance transnacional de la investigación y la magnitud de los delitos imputados, situando a La Luz del Mundo bajo un intenso escrutinio mediático y judicial.