Plancha, secadora y rizador: tu rutina capilar podría llenar tus pulmones de contaminación

Alisar, secar o rizar el cabello por la mañana puede parecer una práctica inofensiva, pero la ciencia advierte lo contrario: esa rutina de belleza podría exponer a los pulmones a un nivel de contaminación similar al que se experimenta al estar parado en medio del tráfico denso de una autopista.

Una investigación de la Universidad de Purdue, en Indiana, liderada por la profesora Nusrat Jung y el doctorando Jianghui Liu, reveló que un peinado de apenas 10 a 20 minutos libera más de 10,000 millones de nanopartículas ultrafinas por centímetro cúbico en el aire, las cuales pueden ser fácilmente inhaladas. Estos contaminantes representan un riesgo para la salud, pues se han vinculado con problemas respiratorios, inflamación pulmonar e incluso deterioro cognitivo.

“La cantidad de nanopartículas inhaladas al usar productos capilares comerciales resultó mucho mayor de lo que esperábamos”, declaró Jung.

En condiciones experimentales, los voluntarios del estudio utilizaron cinco productos distintos (como sérums, cremas, lacas y lociones) junto con tres tipos de herramientas de calor —plancha, rizador y secadora— en escenarios que replicaban rutinas cotidianas. El resultado fue contundente: al entrar en contacto con superficies calientes que superan los 159 °C, ingredientes como los siloxanos cíclicos se evaporan y generan nubes de contaminantes invisibles.

Un químico bajo la lupa

Uno de los compuestos identificados, el siloxano D5, está presente en una amplia variedad de productos para el cabello. Este ingrediente aporta suavidad y estabilidad, pero la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas lo ha clasificado como “muy persistente y bioacumulable”. Europa incluso ha restringido su uso en algunos cosméticos debido a sus riesgos ambientales y sanitarios.

Los investigadores destacan que la exposición se agrava porque el peinado suele realizarse en espacios cerrados y poco ventilados, como los baños. Así, las partículas no solo permanecen en el aire, sino que alcanzan las zonas más profundas de los pulmones.

¿Qué hacer para reducir el riesgo?

El equipo de Purdue recomienda limitar el uso de productos capilares combinados con calor o, en caso de que sea inevitable, garantizar una ventilación adecuada.

“Si debes usar productos para el cuidado de cabello, lo mejor es limitar su uso y asegurarse de que el espacio esté bien ventilado. Incluso sin aparatos de calefacción, una mejor ventilación puede reducir la exposición a sustancias químicas volátiles”, concluyó Jung.

Este hallazgo pone sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿qué tan alto es el costo para la salud de las rutinas de belleza que parecen inofensivas?

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