Carlos Lara Moreno
En la madrugada de este miércoles, tras intensas negociaciones en la Secretaría de Gobernación, el Gobierno Federal, los estados de Jalisco, Guanajuato y Michoacán, y representantes de los productores de maíz del Bajío alcanzaron un acuerdo histórico para enfrentar la crisis de precios del grano.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, anunció en la “Mañanera del Pueblo” que se estableció un apoyo de 950 pesos por tonelada de maíz, una medida que beneficiará a más de 90 mil productores de pequeña y mediana escala.
Además, el pacto incluye la ampliación del programa Cosechando Soberanía y la creación del Sistema Mexicano de Ordenamiento de Mercado y Comercialización del Maíz, que dará certidumbre a los precios y reducirá la dependencia de intermediarios.
“Por instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, trabajamos durante semanas con los gobiernos estatales y los liderazgos locales. A las dos de la mañana alcanzamos un acuerdo que quedó asentado en una minuta firmada por la gran mayoría de los representantes. Este pacto no sólo atiende una coyuntura, sino que empieza a resolver un problema estructural del campo mexicano”, afirmó Berdegué.
Apoyo directo para pequeños productores
El programa de apoyo económico contempla 950 pesos por tonelada para productores con hasta 20 hectáreas de cultivo, lo que abarca entre el 96 y 98 por ciento de los agricultores de la región del Bajío.
La medida cubrirá un total de 1.4 millones de toneladas, con un máximo de 200 toneladas por productor, y busca compensar las pérdidas derivadas de la caída internacional del precio del maíz.
“Con estos recursos, buscamos garantizar que los pequeños productores no queden en la ruina ante los precios bajos. Es un reconocimiento a su trabajo y una muestra de que el gobierno está presente para respaldarlos”, enfatizó el titular de SADER.
Berdegué explicó que el precio internacional del maíz ha caído alrededor de 21 % en lo que va del año, alcanzando niveles no vistos desde 2017.
Actualmente, el maíz se cotiza en unos 3 mil 400 pesos por tonelada, y al sumar los costos de logística, el precio final ronda los 4 mil 850 pesos, lo que “no alcanza a cubrir los costos de producción en la mayoría de los casos”.
Créditos y seguros agrícolas a tasas preferenciales
El segundo punto del acuerdo amplía el alcance del programa Cosechando Soberanía, que hasta ahora beneficiaba a productores inscritos en programas sociales.
A partir de este acuerdo, también podrán acceder productores de maíz que busquen crédito a una tasa preferencial del 8.5 % anual, muy por debajo de las condiciones del mercado financiero.
El programa incluye además seguros agrícolas integrales, que protegerán a los campesinos en casos de sequía, inundación o plagas, evitando que caigan en deudas impagables.
“Queremos que los productores tengan respaldo, no sólo para sembrar, sino para resistir ante contingencias climáticas o biológicas. Es una forma de fortalecer la seguridad alimentaria del país desde abajo”, afirmó Berdegué.
Nuevo sistema nacional del maíz
El tercer eje del acuerdo es la creación del Sistema Mexicano de Ordenamiento de Mercado y Comercialización del Maíz, que busca establecer mecanismos de referencia de precios, fomentar acuerdos directos entre productores e industria, y dar transparencia y estabilidad al mercado nacional.
“Durante años los agricultores han sembrado sin saber a qué precio venderán. Este nuevo sistema será una herramienta jurídica y operativa que pondrá fin a la incertidumbre y al abuso de intermediarios”, dijo el secretario.
El sistema tendrá tres componentes principales:
Definición de precios de referencia nacionales, basados en criterios técnicos y de costos reales.
Vinculación directa entre productores y compradores industriales, eliminando intermediarios.
Reglas claras con sustento legal, que garanticen equidad en la comercialización y certidumbre en las transacciones.
Mesas de diálogo con la industria y levantamiento de bloqueos
El acuerdo también contempla la instalación de mesas de diálogo permanentes entre productores, industria y autoridades, para fortalecer los precios de compra y promover que la cosecha nacional tenga prioridad en la demanda del mercado.
Berdegué reveló que la SADER ha sostenido negociaciones con las principales industrias desde semanas atrás, lo que permitió mejorar los precios base de compra antes de la firma del acuerdo.
“Queremos que el mercado interno valore la producción nacional y que se garantice un precio justo. La prioridad es que se compre primero el maíz mexicano”, subrayó.
El funcionario confirmó que los productores accedieron a levantar los bloqueos carreteros en los estados del Bajío, con lo que se espera la normalización de la circulación en el transcurso del día.
“Fue un diálogo respetuoso, constructivo, con acuerdos reales que benefician a miles de familias campesinas”, apuntó.
Sin precio fijo, con margen de negociación
Un punto relevante es que el Gobierno Federal no fijará un precio único de venta, a solicitud expresa de los líderes agrícolas, quienes pidieron mantener margen para negociar mejores condiciones.
“Los productores nos dijeron con claridad: publiquen el apoyo, pero déjennos buscar el mejor precio posible en las mesas de diálogo. Y así será”, indicó Berdegué.
Los dirigentes campesinos agradecieron a la presidenta Claudia Sheinbaum la creación del nuevo sistema de ordenamiento del mercado, al considerarlo un paso estructural para atender la raíz del problema: la falta de certidumbre y los márgenes injustos en la comercialización del maíz.
Un paso hacia la soberanía alimentaria
Con estas acciones, el Gobierno de México busca no sólo responder a la coyuntura de precios, sino reordenar el sistema de producción y comercialización del maíz, un cultivo central en la economía y la cultura nacional.
“México no puede depender de la volatilidad de los mercados internacionales. Con estos acuerdos, estamos dando pasos firmes hacia la soberanía alimentaria, hacia un campo fuerte, productivo y con justicia”, concluyó Berdegué.