Conforme el planeta se calienta, el aire acondicionado se convierte en una necesidad cada vez más urgente para millones de personas, especialmente en regiones donde las olas de calor son cada vez más intensas y frecuentes. Sin embargo, no todos podrán acceder a este alivio. Un nuevo estudio global advierte sobre el creciente fenómeno de la «pobreza en refrigeración», un término que describe la incapacidad de los hogares para costear sistemas de enfriamiento adecuados frente al cambio climático.
El informe, desarrollado por el Centro Euromediterráneo sobre el Cambio Climático (CMCC) y la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, es la primera evaluación a escala mundial que examina el impacto del aire acondicionado doméstico en el consumo eléctrico y su asequibilidad. El análisis abarcó 25 países que, en conjunto, representan el 62 % de la población y el 73 % del consumo eléctrico global.
En la actualidad, solo el 28 % de los hogares en el mundo cuentan con aire acondicionado. Para 2050, esa cifra podría aumentar hasta el 55 %. No obstante, la distribución será profundamente desigual. Mientras algunas economías avanzadas incrementarán notablemente su cobertura, en países africanos apenas entre el 9 % y el 15 % de los hogares tendrá acceso a este tipo de refrigeración. En otras palabras, millones de personas continuarán expuestas a condiciones térmicas extremas sin la posibilidad de acceder a un sistema que les brinde alivio.
El estudio muestra además que tener aire acondicionado aumenta el consumo eléctrico en los hogares en un 36 % en promedio a nivel global. Para las familias de bajos ingresos, esto representa un gasto desproporcionado. En países en desarrollo, los hogares más vulnerables podrían destinar hasta el 8 % de su presupuesto solo a mantener sus casas frescas, mientras que para los hogares más ricos, el gasto representa apenas entre el 0.2 % y el 2.5 % de sus ingresos.
Estas diferencias no solo reflejan una desigualdad económica, sino también una creciente brecha climática. “En los países en desarrollo, una fracción sustancial de los hogares que adopten aire acondicionado serán de bajos ingresos y se enfrentarán a importantes gastos para lograr el confort térmico, lo que aumenta el riesgo de pobreza en la refrigeración”, explicó Giacomo Falchetta, coautor del estudio.
Además del problema social, el crecimiento acelerado de la demanda de aire acondicionado plantea serios desafíos ambientales. Solo en India, satisfacer esta demanda podría requerir un aumento de hasta el 29 % en la capacidad de generación eléctrica. A nivel mundial, el consumo de electricidad para refrigeración podría alcanzar los 1400 teravatios hora por año en 2050, lo que implicaría una emisión de entre 670 y 956 millones de toneladas de dióxido de carbono adicionales, exacerbando aún más la crisis climática.
Los expertos señalan que este escenario exige una respuesta urgente y coordinada. Las soluciones deben pasar por políticas que promuevan tecnologías de enfriamiento más eficientes, la reducción de las emisiones asociadas y una mayor inversión en energías renovables. Solo así se podrá garantizar que el acceso al confort térmico no se convierta en un nuevo privilegio climático, sino en un derecho universal ante la amenaza del calentamiento global.