París, esa ciudad que todos soñamos visitar: la Torre Eiffel iluminada por la noche, los cafés que jamás cambian, las calles llenas de arte y susurran historia… Sí, es cara, pero no inaccesible. Con un poco de estrategia, puedes saborear cada croissant sin vaciar tu cartera.
La clave está en los pases turísticos como el Paris Museum Pass, que por entre €90 y €150, dependiendo de la duración, te da acceso a más de 50 museos y monumentos (Louvre, Orsay, Versalles, Arc de Triomphe) con entrada prioritaria y ahorros que empiezan desde la cuarta visita.
Moverse por la ciudad también puede ser barato: el transporte público ilimitado por días conviene más que los taxis, y para exploradores urbanos, las bicis públicas son baratas y te permiten descubrir rincones que el metro no alcanza.
¿Tienes días sin entradas? ¡Aprovecha la cultura gratis! Museos como el Petit Palais, Carnavalet o el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris son gratuitos todo el año. Además, muchos museos nacionales abren gratis el primer domingo de cada mes, incluyendo Louvre, Orsay, Centre Pompidou o Rodin (solo en otoño-invierno). Eso sí: en los grandes como Orsay o Louvre, conviene reservar con antelación.
¿Prefieres conocer la ciudad caminando y sin gastar? Los free tours te permiten pasear por barrios como Montmartre o Le Marais y conocer su historia por “lo que tú quieras pagar”. Pura cultura sin compromisos.
En materia de comida, olvídate de los restaurantes turísticos: busca mercados locales o pequeños bistrós de barrio donde el menú del día es menos costoso. Y mejor aún: arma un picnic con baguette y queso para disfrutarlo en los Jardines de Luxemburgo.
¿Dónde dormir sin pagar una fortuna? Barrios como Montmartre, Bastille o el 11º distrito (Bastille) ofrecen buen ambiente, conexión de metro y precios amigables. Hay hoteles boutique bajo £150 la noche (~€170) o hostels bien ubicados como MIJE o Jo & Joe desde menos de €100ç
Un consejo final: planifica tus actividades y compra todo con anticipación en sitios confiables como Civitatis. Eso te asegura disponibilidad, evita sobreprecios y te quita estrés al disfrutar tu viaje.
Con estos trucos, París es mucho más que una postal cara: es una experiencia accesible, vibrante y memorable.
